Amor propio incondicional: la clave para atraer la vida que deseas

El amor propio incondicional significa aceptarse a uno mismo y valorarnos tal y como somos con nuestros defectos y nuestras virtudes. Cultivar esta relación saludable con nosotros mismos puede ser complejo e incluso puede ser un camino de toda una vida. Sin embargo, en conseguir crear dentro de nosotros ese entorno de paz, aceptación, cariño y comprensión, es donde reside la clave para atraer la vida que tanto deseamos.

Como vimos en nuestro artículo La ley de la atracción: Cómo tener lo que quieres en tu vida, es fundamental eliminar los bloqueos subconscientes que sabotean sin darnos cuenta la posibilidad de atraer todo aquello que queremos a nuestra vida, para realmente conseguir poner en marcha la ley de la atracción en nuestro día a día.

Los bloqueos subconscientes

Uno de los grandes bloqueos subconscientes tiene su origen precisamente en esta falta de amor propio. Los pensamientos negativos que tenemos hacia nosotros mismos, interfieren de lleno con la vida que deseamos tener y la versión de nosotros mismos que nos gustaría alcanzar.

Muchas personas pasan años de sus vidas repitiendo afirmaciones y tratando de tener pensamientos positivos todos los días. Sin embargo, incluso con estos esfuerzos, siguen atrapados en los mismos bucles negativos, incapaces de alcanzar lo que realmente desean o de convertirse en la persona que quieren ser.

Metafóricamente hablando, esto ocurre porque de alguna manera han estado poniendo tiritas a una herida que aún no ha sanado. Siendo esas heridas los bloqueos que la persona tiene en lo más profundo de su ser, debido a una falta de amor propio incondicional. Estos bloqueos suelen estar relacionados con miedos, frustraciones, falta de autoestima, creencias negativas sobre uno mismo y el mundo que les rodea, etc.

El verdadero cambio en tu vida comienza cuando eres capaz de sentarte y hablar contigo mismo, destapando tus defectos más profundos, perdonándolos y perdonándote por ellos, transformando la culpa o la ira que estos han estado causando, en amor propio y amabilidad hacia ti mismo. Aceptándote tal como eres y amando cada parte de ti mismo.

Es aquí, en este preciso momento, cuando todo cambia, porque comienzas a vivir la vida desde la vibración más alta del universo: el amor incondicional.

Este amor incondicional por ti mismo, este bienestar interno, esta aceptación de quién eres en este preciso momento, actúa como un catalizador para el resto de pensamientos y acciones en tu vida.

El efecto dominó en el campo energético

De repente, sientes que ya no vale la pena enfadarse, sentir ira u odio, criticar o quejarse. Te sientes invencible y poderoso, con un sentido de gratitud y abundancia por todo lo que tienes y ya eres.

Este sentimiento de amor incondicional te da un poder que ya era tuyo desde el principio.Pero para encontrarlo de nuevo, es necesario viajar a través de las capas más oscuras de tu ser interno, para renacer como una nueva persona que transmite amor a sí mismo en todo momento y, por extensión, a todo y a todos los que le rodean.

Y así es como el efecto dominó en el campo energético comienza a ocurrir.

Gandhi dijo “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. En otras palabras, sé el transmisor de amor a ti mismo, a todo lo que haces en tu vida y con quienes tienes relaciones.

Cuando te conviertes en ese transmisor, encarnando ese amor incondicional, todos los bloqueos desaparecen y  las oportunidades que has anhelado comienzan a suceder como por arte de magia. Es la más profunda expresión de la ley de la atracción.

Tu mayor responsabilidad interna es llevar a cabo estos ejercicios internos de comprensión, amabilidad, cordialidad y amor propio para retomar ese poder interno que tienes dentro de ti y reclamar la responsabilidad total de tu felicidad.

Entender que la responsabilidad de tu vida, incluyendo tus pensamientos, acciones y decisiones, recae únicamente en ti, te empodera de tal manera que comienzas a ver la vida desde una perspectiva donde tú eres el único constructor de tu felicidad.

No importa cuáles sean las circunstancias, tú eres finalmente responsable de lo que vas a hacer con esos desafíos, pérdidas, problemas, enfermedades, altibajos, etc. Eres responsable de crear tu destino, día tras día, pensamiento tras pensamiento, acción tras acción y decisión tras decisión.

Foto: ionadidishvili en Envato